Publicado en: Revista de Historia de El
Puerto, nº 56, Aula de Historia
"Menesteo", El Puerto de Santa María, 2016, pp. 9-30, ISSN
1130-4340
(junto a Francisco González Luque)
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Resumen: Se presenta la documentación de la
imagen del Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto (1643). Además del estudio
histórico-artístico de la talla, se incluyen datos sobre la cofradía de la que
fue titular, la capilla en que se venera y el autor de la escultura, Francisco
Pérez de la Puerta. Se trata de la única obra conservada hasta el momento de
este artista, formado junto a Juan de Mesa en Sevilla pero afincado en Cádiz en
torno al segundo tercio del siglo XVII.
Abstract:
We present documentation of the image
of the Guardian Angel of the Prioral of El Puerto (1643). In addition to the historical and artistic study of
the statue, we provide information about its brotherhood, its chapel and its
author, Francisco Perez de la Puerta. Until now, it is the only extant work of this
artist, who trained with Juan de Mesa in Seville and was living in Cadiz around
the second third of the seventeenth century.
Palabras clave: El Puerto de Santa María, escultura,
siglo XVII, Ángel de la Guarda, Francisco Pérez de la Puerta.
Keywords: El Puerto de Santa María, sculpture, seventeenth
century, Guardian Angel, Francisco Pérez de la Puerta.
La llegada de escultores
y obras escultóricas de procedencia sevillana fue una constante durante el
Barroco portuense, algo que de una manera muy especial resulta evidente a lo
largo del siglo XVII[1]. A todo
el catálogo de artistas y piezas ya conocidos añadimos ahora el nombre de Francisco
Pérez de la Puerta, autor de la talla del Ángel Custodio de la iglesia Prioral
(1643).
En este artículo se hará,
en primer lugar, un acercamiento a la cofradía que rindió culto a esta imagen,
incluyendo el estudio de su capilla, del que se aportan datos sobre su
construcción. Seguidamente, se analizará la escultura titular de la hermandad,
contextualizándola dentro del auge que la devoción al Ángel de la Guarda experimenta
durante la primera mitad del seiscientos. Para finalizar, se intentará
reconstruir la biografía de Pérez de la Puerta, identificándolo con un
documentado discípulo de Juan de Mesa y ordenando la dispersa y escasa información
que poseemos sobre él y sobre su actividad profesional.
- La hermandad del Ángel Custodio o Ángel de la Guarda de la Prioral de El Puerto de Santa María.
1.1. Datos históricos.
En el último cuarto del siglo XVI existía en El Puerto una cofradía
titulada "Concepción y Ángel de la Guarda", aunque no se conoce su
localización ni su carácter. La cita Hipólito Sancho en la relación de
hermandades del siglo XVI y la documenta con un testamento fechado el 31 de
julio de 1586, según el cual María de Figueroa manda 2 ducados para misas y
sufragios por su alma "a la cofradía
que ahora se ha fundado que llaman de nuestra señora de la concepción y del
ángel de la guarda, desde quien ahora me asiento por cofrade"[2].
Sin embargo, todo parece indicar que la referida hermandad no puede
identificarse con la que tratamos en este estudio. Es lo que confirmaría el
propio contrato para hacer su imagen titular, fechado el 10 de septiembre de 1643. En este
documento se alude a una “cofradia del
angel de la guardia de esta ciudad que agora nuevamente se a fundado en ella”.
Por tanto, la hermandad debió de erigirse poco tiempo antes, suponemos que ese
mismo año de 1643, pudiéndose identificar a los cofrades que figuran otorgando
la escritura como hermanos fundadores de la misma. Nos referimos a Baltasar de
Trujillo, Pablo Gómez y Gaspar Martín, que aparecen ostentando los cargos de
mayordomo y hermanos mayores, respectivamente. Otro aspecto interesante que se
encuentra en este contrato es que se impone que la imagen se haría imitando a
la de la cofradía homónima de Sanlúcar de Barrameda, algo que podría indicar
que el modelo para la propia hermandad estaría también en esta corporación
sanluqueña[3].
No volvemos a tener noticias de ella hasta 1663. Es entonces cuando
decide construir una capilla en la Prioral. La petición al provisor del
Arzobispado de Sevilla la encabezan nuevamente Baltasar de Trujillo y Gaspar Martín, como hermanos
mayores de la hermandad “del Angel
Custodio”. En dicha solicitud se afirma que “aunque de muchos años a esta parte esta erigida esta cofradia hasta
ahora se halla sin capilla propia donde poder tener el Angel Custodio con su
altar y toda decencia para poderse celebrar en el por cuya causa le emos tenido
en una capilla de la cofradia de las animas”. Los cofrades aseguran
encontrarse con “posibilidades” para
labrar una capilla propia y señalan para ello el lugar más adecuado: “el simenterio y ambito que esta a la puerta
de las Campanas abriendo y quitando el tavique que tiene uno de los arcos que salen a la dicha yglessia inmediato a la
capilla que llaman del Bauptismo para que sirva de puerta a la dicha capilla”.
La idea era hacerla siguiendo el modelo de la situada en el lado del evangelio
de los pies de la iglesia, entonces dedicada a Nuestra Señora de la Candelaria
y hoy a Santa Rita de Casia.
El provisor, Francisco
Domonte y Verastegui, recibida la petición, pide el informe del vicario y los
beneficiados portuenses el 21 de abril de 1663. El 8 de mayo se emite el mismo,
que resultará favorable a las intenciones de la hermandad. En este escrito se
aclara que el referido arco que daría entrada al nuevo espacio fue proyectado “desde la primera redificazion” del
templo “con el intento de que en el se
hiziese capilla” en correspondencia con el otro testero, por lo que con
ella la iglesia quedaría “con maior
adorno y hermoseada”.
El 6 de febrero de 1664
el provisor Diego Treviño adjudica el sitio pedido, aunque sin adquirir la
hermandad derecho de patronato ni propiedad, “tan solamente el poder alli decir sus misas y cumplir sus memorias”.
Asimismo, se insiste en que las sepulturas quedarían en posesión de la fábrica
parroquial[4].
Para finalizar diremos que la última referencia que hemos podido
localizar la aporta Sancho de Sopranis, quien vuelve a nombrar la cofradía del
Ángel de la Guarda en el elenco de hermandades de finales del siglo XVII y
principios del XVIII. Ahora ya la localiza en su capilla propia de la Prioral y
se afina en cuanto a su carácter. Se trata de una cofradía gremial de los
toneleros. Además se aporta el dato de que la compra de su capilla no se
produce hasta noviembre de 1688[5].
No podemos olvidar que, aunque esta construcción debió de levantase a partir de
1664, como acabamos de ver en un primer momento no se le concedió a la
hermandad ningún derecho de propiedad sobre ella.
1.2. La Capilla.
Se abre en el muro de los pies, al fondo de la
nave de la Epístola, entre la capilla bautismal y el acceso por la Puerta del
Perdón en la fachada sur del templo. Cronológicamente, se corresponde con el
período de reedificación de la Prioral bajo la dirección del arquitecto
Francisco de Guindos, autor, entre otras obras dentro de la Prioral, de la
nueva Sacristía Mayor y la Sala Capitular. El edificio vuelve a abrirse al
culto en 1671. La fecha de 1663 en la bóveda
del tramo de los pies de la nave del Evangelio[6], el
mismo año de dicha solicitud, nos permite deducir que dicha capilla, si no fue
trazada por dicho arquitecto, sí estuvo al menos bajo su control. También
podríamos conjeturar que su construcción y más concretamente su cubierta
(bóveda con linterna) podrían suponer una concesión más "moderna"
frente al conservadurismo que observamos en las de crucería de las naves
reconstruidas. O tal vez una imposición de los clientes de la nueva capilla,
los hermanos del Santo Ángel Custodio, más partidarios de innovaciones alejadas
del anacrónico planteamiento neogótico que imperaba en la reconstruida Prioral
en una fase tan avanzada del barroco.
1.2.1.
Descripción.
Esta capilla, construida
como el resto del templo con piedra arenisca procedente de las canteras de la
Sierra de San Cristóbal, es de planta rectangular. Ocupa una superficie
aproximada de 15 m2, con una longitud de 3,20 m .
y una anchura de 4,60 m .
Un gran arco apuntado y
cerrado por una reja permite el acceso a su interior. Como se ha visto por la
documentación, este arco es un elemento preexistente y anterior a la propia
capilla.
Ilustración 1 Capilla del Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto de Santa María (1664). Arco y reja de entrada.
Lo más original de su alzado es la sobria cubierta a base de bóveda
semiesférica elíptica sobre pechinas y linterna, que aporta iluminación cenital
a la capilla a través de sus cuatro pequeñas ventanas. Esta curiosa bóveda,
carente de decoración, apoya en cuatro arcos practicados en los muros a modo de
grandes hornacinas, siendo semicirculares en los laterales y en el frontal
donde se aloja el retablo y apuntado en el de acceso a la capilla.
Ilustración 2: Capilla del Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto de Santa María (detalle de la bóveda).
Su fachada
exterior posee un sencillo muro desornamentado y sin vanos, únicamente
interrumpido por un par de canalones colocados recientemente en su tercio
superior para desaguar la cubierta aterrazada de la capilla, oculta desde la
calle. El otro elemento que sí destaca parcialmente en su alzado es el casquete
y la linterna de la bóveda que cubre la misma.
1.2.2. Reja.
Es una pieza barroca
de cerrajería, trabajada en hierro forjado de 4 m . de altura y 2,5 de anchura.
Está compuesta por barrotes de sección cuadrada en sus cuatro cuerpos y remate.
Los detalles ornamentales están dorados.
Dentro de su
simplicidad, sobresale la decoración de volutas enroscadas, afrontadas y unidas
por pares de rosetas en el cuarto cuerpo y sobre él un estrecho friso con
roleos entrelazados en relieve. El remate es de diseño apuntado por adaptarse
al arco ojival que se abrió en el muro de los pies para construir la capilla.
En él se disponen 27 barrotes dispuestos radialmente alternando 13 largos de
sección recta con 14 más cortos, entorchados y rematados en su extremo inferior
por círculos, mientras que en el superior se repiten las volutas enroscadas
como elemento ornamental. En el centro e inscrita en un marco de hierro
semielíptico se conserva una pintura al óleo sobre metal de 40 x 40 cm .
alusiva al santo titular de la capilla.
1.2.3. Retablo.
En el frente principal de
esta capilla se alza un retablo barroco compuesto de banco y un solo cuerpo
insertos en un arcosolio. Se trata de una obra de finales
del siglo XVII o principios del siglo XVIII. Está tallado en madera y sus
medidas son 132 cm .
de alto por 100 cm .
de ancho y 45 cm .
de profundidad.
Se asienta sobre una mesa
de altar con frontal policromado simulando mármoles, que es un añadido neoclásico.
En su banco, soportando la hornacina superior, destaca una cartela central
rematada por una cabeza de querubín y sendas sartas de frutas colgantes en los
extremos laterales. La hornacina que alberga el grupo escultórico que
analizaremos a continuación queda enmarcada lateralmente por unos sencillos
estípites, con ménsulas a manera de capiteles de los que penden también sartas
de frutas. El nicho se remata en arco rebajado que hace curvar la ancha moldura
superior que sustituye al clásico entablamento. En medio de esta moldura surge
un penacho formado por roleos vegetales de talla más menuda que la que muestra
el resto del conjunto y coronado por una venera. Parece un añadido pues
responde a características más avanzadas dentro del retablística de la comarca
durante la primera mitad del siglo XVIII. Rematando el retablo, por encima del
arcosolio que sirve de enmarque, una cartela contiene un triangulo dotado de un
sol o ráfaga, que puede interpretarse como una representación de Dios o la
Trinidad.
Ilustración 3: Anónimo (finales del siglo XVII-principios del siglo XVIII): Retablo del Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto de Santa María.
La estructura se cubre
con una talla carnosa, propia todavía del retablo salomónico del seiscientos.
En la misma línea está la ornamentación frutal, el tipo de molduras, la cartela
que remata el retablo o la plástica tarja con cabeza de ángel del banco. Este
último detalle escultórico puede relacionarse con la gubia de Ignacio López, el
principal escultor que trabaja en El Puerto en esos años de transición entre
ambos siglos. Recuerda al modelo físico empleado en otras de sus figuras
infantiles, por ejemplo, en las del documentado retablo de Ánimas de la propia
Prioral. En él trabaja con el retablista Alonso de Morales en 1680[7]. Es
probable que esta colaboración pudiera repetirse en este retablo del Santo
Ángel, ya que la decoración y la propia composición de retablo inserto en
arcosolio tallado que vemos en la capilla de las Ánimas se repite de manera
semejante aquí, aunque con acabado más modesto. El tipo de estípite, muy
simplificado, nos indica que estamos en una etapa ajena aún al complejo y
fragmentado modelo introducido por Jerónimo Balbás y que se va imponiendo en
Sevilla y su zona de influencia a partir de la segunda década del siglo XVIII[8].
La policromía actual combina el dorado en talla y molduras
con fondos pintados de tonos blancos y rojizos jaspeados. Parece responder a
una reforma neoclásica efectuada a partir de finales del setecientos o a lo
largo del XIX. En la actualidad, el retablo ofrece un lamentable estado de
conservación, presentando pérdidas de talla y repintes[9].
- La imagen titular y su autoría.
2.1. La imagen del Ángel de la Guarda.
2.1.1. Datos documentales.
Como dijimos, es el 10 de
septiembre de 1643 cuando Francisco Pérez de la Puerta contrata con la cofradía
del Santo Ángel de la Guarda de El Puerto la realización de su imagen titular.
El concierto establece que se haría, a semejanza de la que venera la hermandad
homónima de Sanlúcar, con un alma en una mano y ejecutada en madera de
cedro, “buena sana sin samago” de
seis cuartas de altura, incluyendo peana. Sería todo dorado y estofado a su
costa. Debía estar acabada para enero de 1644 y su valor ascendería a 1.200
reales de vellón. Este importe le sería entregado al escultor en diferentes
pagos, siendo la primera de 200 reales a los tres días del otorgamiento de la
escritura “y lo demas como lo fuere
pidiendo para comprar oro y demas cossas nesesarias para la dicha obra”,
terminándosele de pagar lo que restase cuando se produjera la entrega de la
obra[10].
La imagen del Ángel
Custodio que hoy que se conserva en su capilla de Prioral se representa
amparando con su mano a un alma, encarnada por una niña, como se le describe en
el anterior contrato, por lo que proponemos su identificación pese a la falta
de información sobre la personalidad artística de Francisco Pérez de la Puerta.
En cualquier caso, es importante señalar que el grupo escultórico, que nos ha
llegado repolicromado (seguramente en el siglo XIX), encaja estilísticamente en
la cronología señalada, como vamos a ver.
2.1.2. Culto e iconografía del Ángel de la Guarda.
Ángel
de la Guarda o Ángel Custodio para el cristianismo es
aquel ser inmaterial, espiritual, criatura de gran pureza, cuyos deberes son
asistir y servir a Dios y velar por los humanos contra trampas y
tentaciones. Más concretamente sería un mensajero que Dios envía a cada persona cuando
nace para protegerla y cuidarla a modo de compañero de viaje en la tierra contra
los peligros de alma y cuerpo, liberándola de toda tentación a obrar mal
facilitándole el camino de la salvación.
Aunque
el origen de la creencia tradicional en un ángel de la guarda hunde sus raíces
en el Antiguo Testamento[11], se
viene afirmando que su culto se instituyó a comienzos del quinientos a iniciativa de François d'Estaing, obispo de Rodez. A partir de
mediados de ese siglo su devoción se incrementa en el mundo católico
como reacción frente a la condena de los protestantes y gracias al impulso
ofrecido por la Compañía de Jesús[12].
De este modo, contribuirían a difundir su culto escritos como
los del jesuita Francesco Albertini da Catanzaro, autor del Trattato dell'Angelo Custode (1612)
y de Libellus de Angelo Custode (1613)[13]. A ello se sumó la divulgación de
estampas devocionales, como las grabadas por Hieronymus Wierix[14]. Todo ello dará lugar a que el
entonces papa Pablo V cree la fiesta del Ángel de la Guarda[15].
En
un ámbito más cercano al que estamos estudiando, podemos citar la obra Beneficios
del Santo Angel de Nuestra Guarda (1632) del también
jesuita Martín de Roa[16].
No parece casualidad que pocos años más tarde se funden cofradías para rendirle
culto en lugares como Cádiz (1635), El Puerto (1643) o, tal vez, Sanlúcar de
Barrameda, cuya imagen titular se cita en el referido contrato portuense y, por
tanto, existía antes de ese año de 1643[17].
En
definitiva, será a partir del Concilio de Trento cuando vaya tomando fuerza su
devoción y su reflejo en el arte. Desde el siglo XVI se levantan iglesias,
capillas, altares y se fundan cofradías bajo su patronazgo para darle culto. Para
su representación plástica se recurrió desde el siglo XVI al pasaje bíblico en que San Rafael
auxilia al joven Tobías. Ambos prefiguran esta nueva iconografía,
que omitirá, sin embargo, sus típicos atributos, pues desaparece el pez, el arcángel es
asimilado por un ser espiritual y protector y Tobías se convierte en la figura de un niño cualquiera
que, simbolizando el
alma cristiana, es protegido con ternura por el Ángel Custodio,
a quien dirige su rostro y mirada atenta a lo largo del caminar por la vida[18].
2.1.3.
Análisis formal del grupo de la Prioral.
El grupo
escultórico portuense se presenta sobre una peana de madera dorada de 80 x 60 cm . que muestra las características
habituales de este tipo de piezas en el siglo XVII, como el uso de molduras
gallonadas. El conjunto muestra una plástica que aún no ha desterrado del todo
el tardomanierismo pese a la reciente llegada del barroco europeo de José de
Arce a la zona. De hecho, aunque su autor fue, como veremos, amigo de uno de
los seguidores más importantes del flamenco, Alfonso Martínez, el conjunto
muestra todavía ciertos arcaísmos, perceptibles, por ejemplo, en la rigidez de
las telas y la inexpresividad de los rostros. Incluso el cabello de las
figuras, aunque empieza a ser algo menos detallado, sigue bebiendo de modelos
aprendidos en el taller de Juan de Mesa por su autor.
En su
iconografía vemos la habitual representación
de los dos personajes erguidos: un joven ángel y un niño de edad indeterminada
al que acompaña. Repite el modelo más efigiado en escultura barroca, donde el
ángel casi siempre se muestra en postura frontal, pudiendo diferenciarse la
posición de la cabeza (dirigida al frente, hacia abajo o inclinada hacia el niño)
y de brazos y manos (con el derecho en alto suele señalar y mostrar el cielo,
mientras la otra se aproxima al niño que, en una lógica escala inferior, se
coloca junto a su pierna izquierda y a quien da la mano, o apoya la suya en su
cabeza o espalda en señal de protección). También lo más frecuente es que el
niño vuelva cabeza y mirada a su ángel personal agradeciéndole su amparo y
dedicación mientras coloca sus manos juntas a la altura del pecho en actitud
orante.
Ilustración 4 Francisco Pérez de la Puerta (1643): Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto de Santa María.
El Ángel de la Guarda de este grupo es de tamaño académico
(mide 140 x 80 x 60 cm .). Se ha representado juvenil e imberbe pero sin alas,
contrariamente a la iconografía tradicional. En cambio, el resto de elementos y
atributos usuales sí están presentes, como las facciones y anatomía algo
andróginas, la expresión apacible y los ademanes significativos de brazos y
manos. Se nos muestra en una postura estante o erguida, con marcada
frontalidad. El posible hieratismo ha sido compensado por parte del escultor
con un dinamismo impuesto tanto por la asimetría resultante en la colocación de
los brazos como con el marcado contraposto que describe el cuerpo.
En la cabeza, inclinada levemente
hacia su izquierda, llama la atención su abundante cabellera a base de largos
mechones y bucles ondulados enmarcando simétricamente rostro y cuello para
dejar descubiertas parcialmente las orejas, caer por la espalda y componer un
mechón abultado sobre la frente a modo de copete, de modelado muy
característico en escultores de los inicios de la escuela barroca sevillana,
como el propio Juan de Mesa, maestro documentado de nuestro artista[19]. De sus
rasgos faciales destacan sus ojos de mirada perdida y pintados sobre la madera,
la boca pequeña y cerrada y un diminuto hoyuelo en su prominente mentón. Más
expresivas que el rostro son las manos debido al naturalismo de su anatomía y a
la disposición gesticulante de las mismas.
Ilustración 5 Francisco Pérez de la Puerta (1643): Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto de Santa María (detalle).
El
ángel viste la típica túnica corta con anchas mangas remangadas que permiten
observar los brazos y sustituye a la tradicional larga. Queda ceñida a la
cintura mediante cinturón anudado en su centro y aberturas delanteras en ambas
piernas que permiten su movilidad y dejan entrever parcialmente la anatomía de
éstas. Calza una especie de borceguíes cortos o medias calzas a la romana. Están
adornados con tira vertical en el frente con aplicaciones de pasamanería hoy
casi todas perdidas que hacen juego con las del cuello y bordes de la túnica
simulando piedras preciosas.
Ilustración 6: Francisco Pérez de la Puerta (1643): Ángel Custodio de la Prioral de El Puerto de Santa María (detalle del alma).
La
imagen del alma tiene una altura de 66 cm . Situada muy próxima a la pierna
izquierda del ángel, se representa en posición frontal y ladea y eleva su
cabeza de larga cabellera con mechones ondulantes hacia éste buscando su
mirada. El rostro se constituye de grandes ojos pintados en la madera, nariz menuda,
mejillas abultadas, boca pequeña y barbilla con hoyuelo central. Une sus manos
colocadas a la altura del pecho en ademán de sumisión u oración a modo de
súplica o gratitud por dicha protección.
Su pequeño cuerpo queda
oculto bajo una túnica larga de sencillos y simétricos pliegues verticales que
le cubre desde el cuello hasta los pies, dejando asomar los dedos del derecho.
Un leve contraposto, puesto de manifiesto en la pierna derecha ligeramente
flexionada, indicada por el pliegue de la túnica a dicha altura, el giro del
cuello y la inclinación y elevación de la cabeza son recursos aportados por el
imaginero para crear un escueto dinamismo en la figura.
2.2. El escultor Francisco Pérez de la Puerta.
Se
trata de un artista muy
poco conocido, del que sólo tenemos noticias dispersas. Quizás uno de los
aspectos más interesantes de su biografía sea su formación en Sevilla junto al
célebre imaginero Juan de Mesa. En este sentido, creemos que puede
identificarse con un documentado aprendiz de éste llamado Francisco de la
Puerta, que entra en su taller el 15 de noviembre de 1623[20]. A
través de la consulta directa de la escritura de aprendizaje podemos saber los
nombres de sus padres, Jaques de la Puerta y Bárbola Pereira y que por esa
fecha contaba con 12 años, por lo que hay que suponer que nacería hacia 1611. Actuaron
en este documento como curador Francisco Díaz Hidalgo y como fiador Pedro
Guerrero. Asimismo, podemos añadir que se estableció para esta formación un
plazo de seis años[21].
De la Puerta trabajó con Juan de Mesa colaborando en su taller junto a
otros aprendices u oficiales como Juan Vélez, Lázaro Cano, Juan de Vargas,
Felipe Hernández, Miguel Descurra y Manuel Morales[22].
Sabemos además que Mesa había contratado en enero de 1623 con Fray Juan
Bautista de Quero, procurador mayor de la Cartuja de Sevilla, una imagen de San
Juan Bautista, hoy en el Museo de Bellas Artes. Otros trabajos de este año
fueron el retablo de San Juan Evangelista para el convento de Santas Justa y
Rufina de Sevilla, la Virgen de las Cuevas o los Crucificados de la
Misericordia de Osuna, Veracruz de Las Cabezas y Buena Muerte de Lima[23].
Todas obras pendientes de ejecución en el taller cuando entra Francisco de la
Puerta en él, por lo que no deberíamos descartar que pudiera intervenir en
alguna labor secundaria en algunas de estas esculturas. Por esa época, el
ilustre imaginero debió resentirse de su enfermedad crónica, ya que el volumen
de trabajo decayó en los años siguientes y es muy probable que debiera rodearse
de artistas cualificados que le ayudaran en sus múltiples tareas.
Como ocurre con otros escultores sevillanos del momento, la búsqueda
de menor competencia laboral llevaría a Francisco a asentarse en la floreciente
zona gaditana[24]. Aunque se declara vecino de El Puerto
en 1643, su estancia en la ciudad debió de ser breve pues está documentado su
domicilio en Cádiz en diferentes años durante un periodo comprendido entre 1631
y 1665. Una época, mediados del siglo XVII, donde el tardomanierismo
montañesino dará paso a las formas ya claramente barrocas introducidas por José
de Arce tanto en Sevilla como en Jerez y en Cádiz, donde maestros como Jacinto
Pimentel o Alfonso Martínez experimentan la sugestión de las novedades
estéticas introducidas por el flamenco[25]. Dentro
de este círculo gaditano, aunque sin llegar a la entidad y a los avances
artísticos de estos últimos, hay que situar a Pérez de la Puerta.
A través de las
investigaciones de Respeto Martín y, más recientemente, de Hormigo Sánchez y
Sánchez Peña, puede reconstruirse parte de su vida en Cádiz. Así, la primera noticia que tenemos de él es
del 25 de septiembre de 1631 y nos habla de la única obra hasta ahora conocida
del mismo, un San Juan de Dios para el Hospital del Nombre de Jesús de Medina
Sidonia[26], imagen
que parece haber desaparecido[27]. Al año
siguiente recibe como aprendiz a Bartolomé de Aguilar[28].
El 29 de octubre de 1635
contrata la segunda obra de la que tenemos constancia, la cual tampoco se
conserva pero que, como veremos, presentaría grandes afinidades con la
escultura que es objeto de nuestro artículo. Se trata, de hecho, de una imagen
de un Ángel de la Guarda para la cofradía homónima radicada en el convento de
Santo Domingo de Cádiz, hermandad que, al igual que ocurrirá con la de la
Prioral portuense, acababa de fundarse cuando se firma el contrato para
ejecutar su imagen titular. La escritura establece que debía hacerse del mismo
tamaño que el San Miguel que existía entonces en la iglesia de la Santa
Misericordia de la referida ciudad. La talla la entregaría dorada y estofada,
con peana y “un anima a los pies segun se
suele haze semexante echura”, todo ello por el valor de 850 reales de
vellón y estableciendo como plazo el final de ese año[29]. Sin
embargo, sabemos que el trabajo se prolongó hasta febrero de 1637. El día 11 de
dicho mes se otorga otra escritura en la que se nos informa que la cofradía pleiteó
con el escultor por no haber cumplido con todas las cláusulas del contrato.
Pérez de la Puerta tuvo que obligarse de nuevo a encarnar la imagen, además de
tapar “la rrajadura que tiene en el
pecho”, teniéndolo acabado en fin de ese mes de Febrero. Se le pagaría por
ello 3 ducados[30].
Asimismo tenemos
referencias a sucesivos documentos sobre arrendamientos y tributos de casas y
solares[31]. Sobre
sus relaciones con otros artistas hay que citar el traspaso que le hace el
pintor Elicio Fernández de un terreno para edificar casas detrás del gaditano
convento de los Descalzos en 1639[32]. Pero,
sobre todo, destaca su aparición como testigo en el expediente matrimonial del referido
escultor Alfonso Martínez en Diciembre de 1641. En esa fecha declara tener 30
años, dato que de nuevo permite situar su nacimiento hacia a 1611 y reiterar su
identificación con el documentado discípulo de Juan de Mesa. Igualmente,
declara en este expediente llevar en Cádiz más de 20 años y conocer a Martínez
desde 15 años atrás, declaraciones, sobre todo la que nos habla de su llegada a
la ciudad, que ya resultan de más dudosa credibilidad, si la comparamos con otros
datos que poseemos sobre Pérez de la Puerta. En el expediente también testifica
la esposa de Francisco, llamada María Guerrero, y el entallador José de Tejeda,
yerno del retablista Alejandro de Saavedra[33]. En 1642 Francisco Pérez y María Guerrero
comparecen igualmente en otro expediente matrimonial, iniciado con motivo de la
unión de Manuel Fernández de Silva con Magdalena de Medina[34]. En
1660 lleva a cabo la venta de un esclavo. Y del 15 de abril de 1665 es un
recibo de 112 ducados a favor de Juan Izquierdo[35]. Sería la
más tardía escritura otorgada por el imaginero, que por entonces rondaría los
cincuenta y cuatro años y del que ignoramos por ahora la fecha de su muerte.
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15/I/2016)
Apéndice Documental.
Documento nº 1: Contrato para la
realización de la imagen titular de la cofradía del Ángel de la Guarda de Cádiz
por Francisco Pérez de la Puerta (1635).
A.H.P.C., Sección Protocolos
Notariales, Cádiz, legajo 5047, 1635-X-29, f. roto.
“Sepan quantos esta carta vieren como
yo Francisco perez de la puerta maestro escultor vecino desta ciudad de Cadiz
otorgo que me obligo de hazer una figura e imagen del santo angel de la guarda
del mesmo tamaño y medida del arcángel san miguel (roto) en la iglesia de la
santa misericordia desta ciudad de el qual me obligo de hazer y acabar de todo
punto de dorado y estofado y encarnado dejándolo en toda perfecion puesto en su
peana y un anima a los pies segun se suele hazer semexante echura la qual me
obligo de dar acavada de todo punto a contento y satisfazion del señor provisor
que es o fuere de la santa iglesia desta ciudad a mi costa sin que tenga
obligazion ninguna persona a darme madera ni otros recaudos por que todos los e
de poner yo y haviendo cumplido con mi obligacion me an de dar y pagar Bernardo
Ferrer mayordomo desta cofradia que ahora se a fundado en el convento de santo
Domingo desta dicha ziudad y Bartolome Gonzalez hermano mayor de ella ambos
privados de la vista corporal ochocientos y cinquenta reales de bellon los docientos que me an dado
luego de contado de que me doy por entregado [...] y los seiscientos y
cinquenta restantes la mitad de ellos me lo an de pagar de oy dia de la fecha [...]
para ayuda de la costa de la dicha imagen y el resto me lo an de pagar luego
que este acavada y en esta forma me obligo a que entregare acavada la dicha
imagen en toda perfezion para fin deste presente año de seiscientos y treinta y
cinco [...] = y estando presente nos los dichos Bernardo Ferrer y Bartolome
Gonzalez mayordomo y hermano mayor de la dicha cofradia por nos y en nombre de
ella otorgamos que aceptamos de pagar los seiscientos y cinquenta reales que
restamos deviendo del valor de la dicha imagen a los tiempos y placos que estan
declarados [...] que es fecha en la ciudad de Cadiz [...] firmaron el que supo
y por los que no un testigo en veinte y nueve días del mes de otubre de mil y
seiscientos y treinta y cinco años siendo testigos Francisco Becerra albañil,
Xpristoval escrivano (roto) y Bartolome moreno y Geronimo parra oficial de mi
el dicho escrivano todos vecinos desta ciudad.
Francisco Peres de la puerta
(rubricado) / Por testigo Geronimo Parra (rubricado) / ante mi Sebastian Perez
escribano publico (rubricado).”
Documento nº 2: Contrato para la terminación
de la imagen titular de la cofradía del Ángel de la Guarda de Cádiz por
Francisco Pérez de la Puerta (1637).
A.H.P.C., Sección Protocolos
Notariales, Cádiz, legajo 3038, 1637-II-11, ff. 41v-42.
“Sepan quantos esta carta vieren como
yo Francisco perez de la puerta maestro escultor vecino desta ciudad de Cadiz
otorgo en favor de la Cofradia del angel de la guarda cita en el convento de
Santo Domingo desta dicha ciudad y de Francisco Ximenez ciego de la vista
corporal mayordomo de la dicha Cofradia que esta presente y digo que por quanto
yo me obligue a hacer una hechura e imagen del Santo angel de la guarda en la
forma y por precio que se contiene en la escritura ante Sebastian Perez
escribano publico desta ciudad en veinte y nuebe de otubre del año pasado de
seiscientos y treinta y cinco y es assí que yo hice y acabe el dicho Santo y el
mayordomo y hermano mayor de la dicha cofradia me puso pleito diciendo que el
dicho angel no estava echo ni acabado como tenia obligacion a lo que yo respondi
y aviendose mandado nombrar personas para que bieren el dicho Santo el dicho
pleito se quedo en este estado y agora estoy conbenido y concertado con el
dicho Francisco Ximenez en esta manera que yo el dicho Francisco Perez encarne el dicho santo y la rajadura que tiene
en el pecho la tape con una lista de madera y la encarne de la manera que mas
bien se pueda y este todo hecho y acabado en fin deste mes de Febrero y que si
assi no lo cumpliese tengo obligacion de pagar al dicho mayordomo cien reales para
que el susodicho haga la dicha obra a todo lo qual yo el susodicho me obligo
segun y en la forma a que en esta escritura se contiene y aviendo acabado de
hacer la dicha obra como esta referido el dicho Mayordomo me a de pagar tres
ducados y por ellos se a de poder executar luego que la aya acabado y para
cumplir todo lo dicho es obligo mi persona y bienes avidos y por aver = e yo el
dicho Francisco Ximenez que presente soy como tal Mayordomo de la dicha
Cofradia otorgo que aceto esta escritura y me obligo de cumplir todo lo que por
esta escritura es a mi cargo y pagare al dicho Francisco Perez los dichos tres
ducados habiendo acabado de hacer la dicha obra con lo qual ha de aver cumplido
con la dicha obligacion suso citada y le doy por libre de ella y para ello
obligo los bienes y rentas de la dicha cofradia [...] fecha en la ciudad de
cadiz en once días del mes de febrero de mil y seiscientos y treinta y siete
años y el dicho Francisco Perez lo firmo y por dicho Francisco Ximenez porque
dixo no saver a su ruego lo firmo un testigo a los quales dichos otorgantes yo
el escribano publico doy fee que conosco. Testigos Roque de Galbez, Juan de
Brerrueta y Luis Bazquez de Leca y Miguel de Ortega, vecinos de Cadiz.
Por testigo: Francisco Perez de la
Puerta (rubricado) / Juan de Brerrueta (rubricado) / Ante mi Juan Alcaudete escribano publico
(rubricado).”
Documento nº 3: Contrato para la
realización de la imagen titular de la cofradía del Ángel de la Guarda de El
Puerto de Santa María por Francisco Pérez de la Puerta (1643).
A.H.P.C., Sección Protocolos
Notariales, El Puerto de Santa María, legajo 205, 1643-IX-10, ff. 419-420.
“Sepan quantos esta carta vieren como
yo francisco peres de la puerta escultor vecino desta ciudad y gran puerto de
santa Maria otorgo en fabor del mayorodomo y hermanos Mayores de la cofradia
del angel de la guardia de esta ciudad que agora nuevamente se a fundado en
ella y me obligo de haser a toda costa una ymagen de el angel de la guardia de
la forma y manera que el tienen en la cofradia de la ciudad de Sanlúcar que a
de ser de seis cuartas de alto con su peana y todo el de madera de sedro buena
sana sin samago bien acabado el qual lo e de dorar a mi costa y estofado y lo
entregare acabado y perfisionado y con un alma en una mano a contento y
satisfacion de los susodichos en todo el mes de henero del año que biene de
mill y seissientos y cuarenta y quatro en esta ciudad y esto por cuanto los
susodichos me an de pagar por mi trabajo y el demas costo y costos de la
hechura dorado y estofado mill y dosientos rreales en moneda de vellon en esta
manera dusientos rreales de ellos dentro de tres dias y lo demas como lo fuere
pidiendo para comprar oro y demas cossas nesesarias para la dicha obra y el
rresto me lo an de pagar por el dicho mes de henero quando entregue la dicha
ymagen y por ello les e de executar y con esto me obligo que para el dicho
plasso dare acabada la dicha ymagen del angel de la guardia en la forma
rreferida y de no haserlo asi por Bien y consierto que el dicho mayordomo y
hermanos mayores de la dicha cofradia puedan mandar haser otra ymagen como la
rreferida y por lo que consertaren de mas de los dichos mill y dusientos
rreales y por lo que ubiere rresibido a quenta dellos me puedan ejecutar con
esta escriptura y el juramento de cualquiera de los susodichos [...] y lo
pagare en esta ciudad y a su fuero con las costas de la cobranssa y a su
firmeza y pago obligo mi perssona y bienes abidos y por aBer y estando
pressente Baltasar de trujillo pablo gomes y gaspar martin mayordomo y hermanos
mayores de la dicha cofradia vezinos desta ciudad todos tres juntos juntamente
y demancomun a bos de uno y cada uno de por si y por el todo [...] otorgamos
que azeptamos esta escriptura y nos obligamos de pagar a el dicho francisco
perez de la puerta por la hechura de la dicha ymagen del angel de la guardia
los dichos mill y dusientos reales en esta consertado con nosotros los
dusientos reales dentro de tres dias y lo demas como lo fuere pidiendo para
comprar oro y otros menesteres para la dicha obra de manera que por el mes de
henero de la año benidero de quarenta y cuatro le abremos pagado toda la
cantidad a el tiempo que entregue la dicha ymagen [...] otorgamos la presente
en la ciudad y gran puerto de ssanta Maria a dies dias del mes de setiembre de
mill y seiscientos y cuarenta y tres años y los otorgantes que yo el escribano
publico doy fee que conosco lo firmaron los que supieron y por el que no un
testigo juan timonero juan de abila y sebastian de torres vezinos desta ciudad.
Pablos Gomes (rubricado) / Gaspar
martin (rubricado) / Francisco perez de
la puerta (rubricado) / ante mi Augustin de Alarcon escribano publico
(rubricado) / A Ruego Juan de abila (rubricado).”
* Doctor en Historia del Arte. morenoarana@gmail.com / Licenciado en Historia del Arte y Catedrático de Geografía e Historia
en I.E.S. “Pintor Juan Lara” de El Puerto de Santa María. pagonlu@hotmail.com
[1] Sobre la escultura barroca en El
Puerto ver: González Luque (2009). Moreno Arana (2013)
[3] Archivo Histórico Provincial de Cádiz
(en adelante: A.H.P.C.), Sección Protocolos Notariales, El Puerto de Santa
María, legajo 205, 1643-IX-10, ff. 419-420. La referencia a este documento la
hallamos en: Biblioteca Municipal Central Jerez de la Frontera, Manuscrito 121
(“Papeles de Hipólito Sancho”), archivador nº 12, carpeta nº 26.
[4] La documentación sobre la capilla
puede consultarse en: Archivo Histórico Diocesano del Obispado de
Asidonia-Jerez, Fondo Hispalense,
Hermandades, caja 1, documento 3.1.
[5] Sancho de Sopranis (1943, 446-448).
[7] Moreno Arana (2006).
[8] Sobre este momento previo a la
aceptación plena del gramática balbasiana en la comarca ver: Moreno Arana
(2014, 239-241). En esta etapa de transición es donde hay que situar también el
actual retablo de la Inmaculada de la iglesia de las Esclavas, asimismo con
decoración escultórica (el relieve del ático) vinculable con Ignacio López y,
por tanto, no posterior a 1718, año de su fallecimiento. La atribución de este
relieve a López se encuentra en: González Luque
(2009, 325).
[9] Únicamente ha sido intervenido el
frontal en 2011 por el taller de restauración de la Academia de Bellas Artes de
Santa Cecilia bajo la dirección de Salvador Rodríguez Romero. Por otro lado,
junto a los estípites se han colocado en época reciente, distorsionando el
conjunto, sendas esculturas modernas de la Virgen de Fátima a la izquierda y
San Pancracio a la derecha.
[10] A.H.P.C., Sección Protocolos
Notariales, El Puerto de Santa María, legajo 205, 1643-IX-10, ff. 419-420.
[11] Sirven de modelo para las fuentes
iconográficas desde párrafos de varios libros del Antiguo Testamento como
Génesis (Gn. 3, 24), Éxodo (Ex. 23, 20), Salmos (Sal 90, 11) y Libro de Tobías
(Tb 5, 4), hasta fragmentos de evangelistas (Mt. 18,10: ángeles protectores de
la infancia).
[13] Albertini da Catanzaro (1612).
Albertini da Catanzaro (1613).
[14] También pudieron influir los grabados
que lo representan y están incluidos en las portadas de los libros de Albertini
da Catanzaro y Roa.
[16] Roa (1632).
[17] No
conocemos más noticias sobre esta cofradía sanluqueña. Sólo podemos indicar que
en 1835 existía un retablo dedicado al Santo Ángel de la Guarda en la iglesia
del desaparecido convento del Carmen Calzado de esa ciudad, un cenobio que
había sido fundado en 1641: Cruz Isidoro (2013, 169).
[18] Sobre el impacto del tema del Ángel
de la Guarda en el arte barroco ver: Mâle (2001, 284-288).
Vincent-Cassy (2008). Zuriaga Senent (2010).
[19] Ejemplo de ello sería el peinado que
muestra su San Juan Bautista que se conserva en el Museo de Bellas Artes de
Sevilla, obra que, como veremos, coincide cronológicamente con la estancia de
Pérez de la Puerta en el taller de Mesa.
[20] Muro Orejón (1932, 88).
[21] Archivo Histórico Provincial de
Sevilla, Protocolos Notariales, legajo 423, oficio 1, escribano Luis Álvarez,
libro VI de 1623, ff. 734-735.
[24] No pueden
olvidarse los casos, por ejemplo, de Francisco de Villegas o Antonio Maldonado,
ambos con actividad documentada en El Puerto en las dos décadas anteriores al
establecimiento de Pérez de la Puerta en la zona. Maldonado pertenecía también
al círculo de Juan de Mesa: Moreno Arana (2013, 40). Por otro lado, aunque esta es la primera propuesta de
identificación de Pérez de la Puerta con el referido discípulo de Mesa, hay que
advertir que ya el profesor Roda Peña había situado sucintamente a nuestro artista
entre los escultores sevillanos que se establecen en Cádiz por esos años: Roda
Peña (2013, 147).
[25] Sobre Arce, Pimentel y Martínez
podrían citarse, por poner algunos ejemplos, varios de los más recientes
estudios realizados sobre ellos: Ríos Martínez (2007). Hormigo Sánchez y
Sánchez Peña (2007, 385-390 y 391-405).
[26] Respeto Martín (1946, 41).
[27] Hoy sólo se conserva una talla de San
Juan de Dios en la iglesia asidonense en el ático de su retablo mayor, que es
una estructura de la primera mitad del siglo XVIII. Sin descartar que pudiera
ser una obra anterior, reaprovechada en este retablo, nos parece arriesgado
proponer su identificación con la imagen de Pérez de la Puerta.
[28] Hormigo Sánchez y Sánchez Peña (2007,
430). Hay que advertir que aparece con el nombre de Gaspar Pérez de la Puerta.
[29] A.H.P.C., Sección Protocolos
Notariales, Cádiz, legajo 5047, 1635-X-29, f. roto.
[30] A.H.P.C., Sección Protocolos
Notariales, Cádiz, legajo 3038, 1637-II-11, ff. 41v-42. Queremos agradecer a D.
José Miguel Sánchez Peña que nos facilitara las referencias a ambos contratos
sobre esta obra gaditana, procedentes del archivo de D. Enrique Hormigo
Sánchez.
[31] Están fechados en 1632, 1636, 1640,
1646, 1655 y 1661: Respeto Martín (1946, 41-42). Hormigo Sánchez y Sánchez Peña
(2007, 430-431).
[32] Respeto Martín (1946, 71).
[33] Respeto Martín (1946, 50-54). María
era natural de Cádiz. En 1655 la esposa del artista es llamada con el nombre
de María Bustamante, por lo que
desconocemos si se trata de la misma persona: Respeto Martín (1946, 42).
[34] Hormigo Sánchez y Sánchez Peña (2007,
430-431).
[35] Ambas escrituras citadas en: Respeto
Martín (1946, 42).
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